martes, 21 de agosto de 2012

Un Código que impactará en la vida de todos los argentinos

Agustín Rossi y el Código Civil Argentino

En este artículo de opinión, el diputado nacional Agustín Rossi da su mirada sobre la reforma del código civil y cuenta detalles de los cambios que se producirán en la vida de los argentinos a partir de su aprobación. De todas maneras la discusión sigue y se abrirá la participación a la comunidad.

Remarca el legislador que el proyecto de nuevo Código reconoce la diversidad y las diferentes formas de familias.

Flexibiliza el régimen patrimonial del matrimonio, admitiendo la posibilidad de optar entre un régimen de separación de bienes o de comunidad ganancial, y regula las convivencias de parejas desde una concepción de solidaridad, con normas protectivas para la parte más vulnerable de la relación.

Desaparece el divorcio como "sanción" y la declaración de inocencia y culpabilidad de los cónyuges. Se dejarán de ventilar ante el Estado las causas que hicieron que el vínculo se rompiera. La fidelidad dejará de ser un deber jurídico para transformarse en un deber moral.

Cambios en adopción de hijos. Reconoce a las técnicas de reproducción humanaasistida como una tercera fuente de filiación. Se incluyen los derechos del consumidor, diferenciando la relación de consumo del resto de los contratos, por la relación de desigualdad entre las partes.

Se crea la Sociedad Unipersonal, permitiendo que los emprendedores puedan asignar una parte de su patrimonio a un proyecto productivo. A continuación el artículo de opinión escrito por el diputado nacional Agustín Rossi:

 

"Esta semana tuve el honor, como único legislador santafesino, de participar de lo que será un hecho histórico para la vida de los argentinos: la discusión del proyecto del nuevo Código Civil y Comercial de la Nación.

El proyecto, cuya elaboración fue encargada por la presidenta a una comisión de juristas, se enriqueció de los aportes realizados por los profesores de todas las universidades del país.

Ahora se inaugura el debate en el Congreso, en el interior de la comisión bicameral creada al efecto. Lejos de intentar ser aprobado a "libro cerrado", se decidió abrir la discusión a través del mecanismo de audiencias públicas, que se realizarán en las distintas provincias, pudiendo participar todas aquellas personas -no solo juristas- que quieran sumar ideas.

Aunque aún no está cerrado en su contenido, el proyecto de nuevo Código refleja un cambio de paradigma respecto al hoy vigente. Lejos de traspolar modelos legislativos europeos, como ocurrió en nuestra tradición jurídica, se trata de un código con una identidad propia.

En este sentido, toma como una de sus principales fuentes la labor legislativa producida por el Congreso en los últimos nueve años, período en el cual se dio un proceso de desarrollo con inclusión social, que fue acompañado por la recuperación de derechos y por la conquista de otros nuevos.

Tenemos muchos ejemplos para citar de la labor parlamentaria de estos últimos años: la ley de matrimonio igualitario, la ley de protección integral de los derechos de niños, niñas y adolescentes, la ley de identidad de género, la ley de muerte digna y la ley de salud mental, entre otras.

El nuevo Código reconoce como fuente principal a la Constitución nacional y a los tratados internacionales de derechos humanos, "constitucionalizando" el derecho privado. De este modo se incorporan a la rama del derecho que regula las relaciones entre particulares todos los principios y estándares contenidos en la Carta magna y en los instrumentos internacionales.

Así, los principios de igualdad y no discriminación; el derecho a un propio plan de vida; la igualdad de género; los derechos humanos de las mujeres; la concepción de todo niño, niña y adolescente como sujeto de derecho; el reconocimiento de los derechos sociales; el derecho a la propiedad comunitaria de la tierra de los pueblos originarios; la protección de la vivienda, constituyen los lineamientos rectores de la reforma.

El Código de Vélez Sarsfield, vigente desde 1871, desde un paradigma de lo humano propio del siglo XIX, todo lo reguló como si el único destinatario de sus normas fuera el prototipo del varón adulto, sano, de clase media, blanco.

Por el contrario, el proyecto de nuevo Código reconoce la diversidad y las diferentes formas de familias, respetando que cada persona pueda elegir su propio plan de vida y que no existe un modelo único a seguir.

Recepta el matrimonio entre personas del mismo sexo; flexibiliza el régimen patrimonial del matrimonio, admitiendo la posibilidad de optar entre un régimen de separación de bienes o de comunidad ganancial, y regula las convivencias de parejas desde una concepción de solidaridad, con normas protectivas para la parte más vulnerable de la relación.

Desaparece en el nuevo Código el divorcio como "sanción" y la declaración de inocencia y culpabilidad de los cónyuges. Se dejarán de ventilar ante el Estado las causas que hicieron que el vínculo se rompiera. La fidelidad dejará de ser un deber jurídico para transformarse en un deber moral.

En materia de adopción, adecua la normativa a las disposiciones de la Convención Internacional de Derechos del Niño y de la Ley de Protección Integral de Derechos de Niños, Niñas y Adolescentes, plasmando principios tales como el interés superior del niño, el derecho a la identidad, el derecho a ser oído y a que su opinión sea tenida en cuenta.

El nuevo Código reconoce a las técnicas de reproducción humana asistida como una tercera fuente de filiación. Recordemos que el Código de Vélez solo contemplaba la denominada filiación por naturaleza, y que posteriormente se incorporó por ley especial la filiación por adopción.

Se incluyen los derechos del consumidor, diferenciando la relación de consumo del resto de los contratos, por la relación de desi-gualdad entre las partes. Se crea la Sociedad Unipersonal, permitiendo que los emprendedores puedan asignar una parte de su patrimonio a un proyecto productivo.

En definitiva, el nuevo Código plasma los valores de la igualdad, la no discriminación y el respeto de la autonomía personal.

Una vez más, me siento orgulloso de participar de este proyecto político que me da la oportunidad de ser protagonista de cambios legislativos de trascendencia que impactarán en la sociedad y que son el resultado de largas luchas y conquistas.

(*) Presidente del bloque de diputados nacionales del Frente para la Victoria.

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