lunes, 17 de septiembre de 2012

Después de las cacerolas

El análisis de la movilización contra el Gobierno. La consigna del miedo. La "distorsión" de la idea de libertad. La espontaneidad y la organización. La necesidad de "no desdeñar" lo ocurrido.

Por Agustín Rossi *

Violenta y organizada

Pasadas algunas horas de la protesta del jueves por la noche, considero oportuno hacer algunas reflexiones que contribuyan al análisis de la situación. Se dijeron muchas cosas por estos días. Entre ellas, los medios hegemónicos se encargaron de resaltar el carácter "espontáneo", "pacífico" y "sin banderas partidarias". Valdría la pena analizar cada una de estas cuestiones.

La protesta tuvo una alta dosis de organización. Desde comienzos de septiembre se venía convocando a la protesta por las redes sociales y por los medios opositores, con la adhesión expresa de dirigentes de partidos de derecha. En el camino a Plaza de Mayo hubo camionetas con equipos de audio que acompañaron la marcha. Hubo cientos de carteles idénticos con la misma consigna. Durante toda la tarde, las radios y los canales opositores no hicieron otra cosa que alimentar la convocatoria. Había cámaras instaladas y periodistas apostados en cada una de las ciudades donde se preveía una buena concurrencia. Los sectores conservadores utilizaron todos los resortes disponibles para garantizar el resultado. Como suelo decir a menudo, parafraseando a Evita, la derecha nunca duerme.

Fue una protesta sin disturbios, pero fue una manifestación cargada de violencia. Para corroborarlo, basta con mirar los videos subidos a las redes sociales, escuchar los testimonios de sus protagonistas y leer las consignas que aparecían en los carteles de la convocatoria. No parece muy republicano y respetuoso de las instituciones pedir que se vaya un gobierno reelegido hace meses o desearle a través de cantos y pancartas la muerte a la Presidenta de la Nación. Muchos se refugiaron, incluso, en el remanido recurso de agredir a Cristina por el sólo hecho de ser mujer. Tampoco faltaron las descalificaciones a los argentinos que cobran la Asignación Universal por Hijo. Los discursos escuchados fueron profundamente violentos.

A su vez, fue una protesta con un fuerte contenido político-ideológico, aunque la mayoría de los manifestantes (y los medios) se encargaron de negarlo. La mayoría de los que fueron al cacerolazo tenían una clara posición tomada en contra de nuestro gobierno. No había ciudadanos indefinidos: estuvieron en la manifestación los que están en contra de las políticas de nuestra Presidenta, aunque no portasen banderas partidarias.

En este marco, la protesta del jueves a la noche fue la clara confirmación de que en la Argentina –en contra del discurso dominante en los medios de comunicación hegemónicos– todas las libertades están plenamente vigentes. En nuestro país existe la más absoluta libertad de prensa. Esto lo podemos corroborar cotidianamente en los diarios, las radios y los canales de televisión. Del Gobierno –y muy especialmente de la Presidenta de la Nación– se puede decir lo que se quiera, desde los análisis más sesudos hasta las bajezas más extraordinarias, como la reciente tapa de la revista Noticias. Hay que recordar que fue la mismísima Cristina Fernández de Kirchner la que impulsó cambios en la tipificación del delito de calumnias e injurias.

Además, los argentinos pueden movilizarse y protestar por los motivos que crean oportuno. Hay plena libertad para expresar y peticionar lo que se considere necesario. Cuando Néstor Kirchner empezó a sacar a la Argentina "del infierno", había un promedio de cuatro cortes de rutas por día. Durante la 125, la Mesa de Enlace organizó casi 3000 piquetes en menos de cinco meses. Los trabajadores organizados pueden plantear con libertad sus pretensiones, más allá del encuadre ideológico de la organización gremial que lo impulse. Como vemos, en la Argentina hay un pleno derecho de los argentinos a expresarse cuando quieran, cómo quieran y por lo que quieran, y el jueves quedó demostrado nuevamente.

Los medios de comunicación hegemónicos, de alto protagonismo en la convocatoria del jueves pasado, fueron los encargados de describir e interpretar los hechos construyendo un relato destinado a menoscabar a nuestro Gobierno y descalificar a la Presidenta.

Los que votamos a Cristina, el jueves no estuvimos en el cacerolazo ni nos sentimos representados por el relato hegemónico de los hechos acontecidos. Sí nos representa, en cambio, cada una de las medidas tomadas por la Presidenta en estos diez meses de su segundo mandato. Avanzamos con el nuevo Estatuto del Peón Rural, con la ley que limita la extranjerización de tierras, la modificación de la Carta Orgánica del Banco Central y la nacionalización de YPF. A pesar de la crisis mundial, garantizamos la continuidad de las negociaciones paritarias, la vigencia de la movilidad de los haberes jubilatorios y el aumento de la AUH y las asignaciones familiares. Implementamos políticas anticíclicas para que podamos sostener la actividad económica y el empleo. Protegimos a la industria nacional, apoyamos crediticiamente a proyectos de inversión y seguimos impulsando la obra pública local. A esto sumemos Pro.Cre.Ar para construir 100.000 nuevas viviendas en el próximo año. Seguimos ampliando derechos a través del nuevo Código Civil que estamos debatiendo y la ampliación del voto a los 16 años. Llevamos a todos los foros internacionales la causa Malvinas y seguimos trabajando por la integración latinoamericana.

Como vemos, Cristina obtuvo el 54 por ciento de los votos en octubre de 2011 a partir de un programa de gobierno que estamos ejecutando a pesar de las turbulencias que nos impone la economía mundial. Lo ha dicho muchas veces: "Soy la Presidenta de los 40 millones de argentinos". Por eso, nuestro Gobierno piensa siempre en el bienestar general, con un especial compromiso con los sectores más vulnerables de la sociedad. Seguiremos caminando en este sentido: más crecimiento, más inclusión, más igualdad, más justicia social, posibilidades de progreso para todos, movilidad social ascendente, distribución de la riqueza. Nada nos va a apartar de este rumbo.

* Presidente del bloque de Diputados del FpV.

http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-203520-2012-09-16.html

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